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Paladares sin fronteras



Es triste la situación que se está viviendo en este país debido a las trifulcas políticas que unos y otros bandos van fomentando tratando de obtener apoyos y, por ende, votos. Todos argumentan su razón frente a la sinrazón del contrario, su honestidad frente a la filibustería del oponente, su compromiso frente a las eternas mentiras del adversario. Y cómo no, uno casi siempre acaba tomando partido y abraza los argumentos de unos y acaba descubriendo el rabo y los cuernos de los otros. La política, en unos momentos en los que los profesionales de la misma son de manera general aborrecidos por muchos, ha entrado, a pesar de todo, en nuestras casas, en nuestras vidas. La política, casi como el fútbol, es causa de discusiones de bar, de oficina, de banco de plaza, y poco a poco invade las áreas más íntimas de nuestra cotidianedad.

Qué bueno sería que la política se viviera, en lugar de como el fútbol, como se viven las competiciones de motociclismo, o de automovilismo, en las que cada uno puede tener sus preferencias, pero siempre se aplaude al rival que vence y se elogian las formas que le han llevado a la victoria.

Cada vez son más frecuentes las consultas que nos llegan de establecimientos que buscan productos que no sean de una tierra determinada, generalmente que no sean de esa tierra de dónde su procedencia es más conocida. Nos han pedido sobrasadas que no sean de Baleares, leches que no sean gallegas y, sobre todo, cavas que no sean catalanes. Quantum está formada por gente de todos los puntos de España, así como por gente mexicana y dominicana y cada uno de nosotros tiene la suerte de poder degustar lo mejor de cada tierra cuando cada uno se mueve de la suya.

Estamos convencidos que hay alternativas al origen de cada producto, pero se nos antoja triste una mesa en la que premeditadamente se exhiban espárragos que no sean de Navarra, jamones ibéricos que no sean de Salamanca o Huelva, quesos de oveja ahumados que no sean Idiazábal, anchoas que no sean de Santoña o de la Escala, percebes que no sean gallegos, todo ello regado con vinos tintos que no pudieran ser de la Rioja ni de la Ribera del Duero o cavas que no sean catalanes; y de postre ... naranjas que no sean valencianas o plátanos que no sean canarios.

Desde Quantum somos defensores de los paladares sin frontera, y pensamos que siempre será mejor dejar la política para la sobremesa, con el café, como el fútbol.


Alejandro Casajuana
Director General